Presentación del Boletín de Fomento en enero de 1911.
Julio E. van der Laat, Primer Jefe del Departamento de Agricultura de
la Secretaría de Fomento, precursor del actual MAG.
Enero 1911
Boletín
de Fomento Año 1 número 1 (Revistas históricas del MAG)
(Se utiliza la redacción y gramática de la época).
El año de 1911, que
empezó por la organización de un Departamento de Agricultura, primer paso
hacia la realización de una necesidad que en todos los países se reconoce, la
de un Ministerio de Agricultura, será, no hay duda, más tarde, de muy
especial y muy feliz recordación. Entramos de lleno, como lo decía uno de los
órganos más importantes de nuestra prensa, entramos con paso firme á otro campo de vida espléndidamente iluminado por la
esperanza.
La agricultura en Costa
Rica está todavía en pañales. Tiempo es que sus trabajadores, tan
inteligentes y tan enérgicos por naturaleza, encuentren más acertada
dirección, también ayuda más eficaz y más decidida.
De la prosperidad de la
Agricultura depende, decía en su mensaje inaugural el actual Jefe del Estado,
la prosperidad de la República. Ayudar su desarrollo es arbitrar fondos para
todos, inclusive el Erario.
La organización del
nuevo Departamento de Agricultura es el eco de estos altos pensamientos y el
cumplimiento de la solemne promesa hecha al pueblo, de trabajar eficazmente
para su prosperidad y bienestar. El país debe estar de plácemes, porque bajo
la dirección del bien conocido y competente Ingeniero Agrícola que
actualmente dirige el Ministerio de Fomento, el nuevo Departamento no será
una mera fórmula, sino un organismo que extenderá su actividad y enérgica
acción hasta los últimos rincones del país.
Pero para que su labor
resulte rápidamente eficaz, es indispensable que todos los elementos
inteligentes del país, los hacendados importantes principalmente, contribuyan
con patriótico entusiasmo a la realización de los planes del Gobierno y le
presten un apoyo práctico, desinteresado y enérgico en todas las
circunstancias.
La primera condición
para obtener de los agricultores en general, el necesario esfuerzo en el
sentido de mejorar sus costumbres culturales, de emplear útiles é instrumentos de labranza más eficaces, de sanear sus
tierras, de fortalecerlas, de emplear mejores semillas y reproductores más
perfectos. es infundirles la indispensable confianza
en el éxito financiero de tales reformas. Sin fe no habrá esfuerzo ni
siquiera buena voluntad y mucho trabajo, por inteligente que sea será hecho
en vano.
Esta fe, esta confianza
en un buen éxito, sólo con el ejemplo puede infundirse en las masas. El
labrador debe convencerse por sus propios ojos y por cultivos hechos en su
vecindad por agricultores que conoce, de la verdad de lo que los agrónomos
aseguran y recomiendan.
En esto tienen que
cumplir un alto deber social para el bien general del país los hacendados
importantes, cada uno en el radio de su natural influencia; cada agricultor
entendido, inteligente y patriota, y los hay por doquiera en el país, debería
ser un foco de luz para toda su vecindad, constituir un centro de enseñanza
práctica. Si en la hacienda grande se obtiene, con medios al alcance de
todos. cosechas notablemente mayores y de mejor clase y un producto en dinero
mucho mayor por una misma cantidad de trabajo, las fincas pequeñas no
tardarán todas, una después de otra, según el grado de inteligencia de sus
dueños, en adoptar los mismos procedimientos de progreso y en pocos años
habrá una evolución económica que hará de Costa Rica un emporio de riquezas;
sus condiciones naturales tan favorables lo proclaman, no falta más que
escuchar estas voces y tomar los rumbos enderezados que han de conducir a
todos los agricultores a la realización de sus promesas.
El nuevo Departamento
de Agricultura se propone emplear todos los medios más prácticos de
convencimiento y de enseñanza que estén a su alcance.
En sus dos centros de
experiencias hará cultivos comparativos de las principales cosechas del país.
Con la experiencia práctica adquirida en estos centros, se propone repetir
los mismos procedimientos, los de más éxito, en fincas de particulares de
buena voluntad, en todo el país, para que los agricultores que no puedan
venir a los campos de experiencia a convencerse de la realidad de las
ventajas de un cambio de métodos culturales sean casi obligados a verlos en
su misma vecindad. Al mismo tiempo se organizarán conferencias por medio de
agrónomos ambulantes que se esforzarán de explicar claramente los
procedimientos indispensables para mejorar las cosechas y de hacer comprender
sus causas.
Con este sistema
inaugurado en los Estados Unidos para mejorar el cultivo del maíz, se
obtuvieron resultados asombrosos. En dos o tres años la cosecha general del
maíz en las provincias visitadas cuadruplicó y el bienestar se hizo general.
En Jamaica los mismos o parecidos procedimientos están dando óptimos frutos.
¿Por qué no podríamos
aquí en Costa Rica donde los rendimientos son tan raquíticos por causa de la
ignorancia de los agricultores, obtener los mismos o aún mejores resultados
proporcionales? En ningún país, el maíz, por ejemplo, produce una cosecha tan
escasa como entre nosotros. Comparando el rendimiento de la misma superficie
de tierra de igual cualidad en Costa Rica con el del conjunto de los países
más adelantados en agricultura, la proporción es de 1 parte de maíz para
Costa Rica contra 10 en los demás países.
Lo mismo sucede con la
caña, con los frijoles, el arroz, las papas y demás productos alimenticios de
primera necesidad.
En estos dos centros de
experiencias, Guadalupe en tierra templada y Orotina
en tierra caliente, ambos puestos en adelante bajo la inmediata y constante
dirección de dos Ingenieros Agrónomos del Estado, se ensayarán prácticamente
todos los aparatos agrícolas, arados, sembradores, etc., que pueden convenir
a las condiciones especiales del país. Los agricultores podrán, por
consiguiente, al tratar de cambiar sus máquinas y útiles de labranza, evitar
todas las costosas y algunas veces inútiles experiencias, a las cuales
estaban antes expuestos; convencerse por sí mismo de las diversas ventajas de
cualquier aparato, verlo funcionar, palpar sus resultados, aprender su manejo
y tener como consecuencia la seguridad de invertir su dinero con provecho.
A. la par de las
experiencias prácticas y giros de propaganda, el Departamento de Agricultura
publicará cada 15 días boletines populares que en número de 5,000 ejemplares
(por el momento) se repartirán gratuitamente en todo el país. Estos boletines
populares darán, cada uno sobre un tema de importancia esencial,
explicaciones sencillas y claras al alcance de los más humildes.
Al fin de cada mes se
publicará además un Boletín de Fomento, del cual presentamos hoy el primer
número al público y a la colaboración del cual invitamos á
todas las inteligencias ilustradas del país.
El Departamento de
Agricultura tiene abierta, a la disposición del público, una Oficina de
Consultas Agrícolas, donde todos los agricultores o los interesados en
cuestiones agrícolas recibirán la más atenta acogida. Las dificultades que
allí se sometan a los encargados del Departamento, serán resueltas por cada
sección especializada. Hay una sección para resolver todas las cuestiones
relacionadas con la cría de animales, la ganadería, etc., a cargo del
ilustrado ingeniero don Federico Peralta, otras secciones para silvicultura,
horticultura, etc.
Cada año, y si es
posible con más frecuencia, se organizarán Ferias Ganaderas y, un poco más
tarde, también Exposiciones Agrícolas y de Horticultura, con recompensas
honoríficas y premios en dinero, con el fin de estimular todos los esfuerzos
de mejora, en los diversos ramos de la producción nacional. Se organizarán
estas exposiciones de tal modo que una participación en ellas sea fácil al
productor pequeño y halagüeño para todos.
El Departamento hará
venir semillas seleccionadas de los mejores pastos, especialmente de los ya
reconocidos en el país como sobresalientes, y otras semillas de general
importancia y las tendrá a la disposición del público a precio de costo.
En la cuestión de
abonos también pondrá a precio de costo a disposición de los agricultores,
abonos garantizados, en grandes y pequeñas cantidades, explicando bien su exacto
empleo, eliminando así graves obstáculos que existían antes para el empleo de
los abonos, como la inseguridad de su verdadera eficacia, la ignorancia de su
modo de aplicación, de la época de esta aplicación en cada lugar, etc.
Un laboratorio agrícola
hará, por el momento gratuitamente, el examen de todas las tierras que le
serán enviadas de conformidad con las instrucciones del Departamento, para
averiguar las verdaderas causas de la infertilidad y poder dar así los
consejos de saneamiento o de abono, que remediarán el mal.
Con especial interés se
preocupará el nuevo Departamento de Agricultura de la repoblación de los
bosques, estudiando las medidas legislativas que convendría adoptar para
poner coto al grave mal de la tala inconsiderada de los bosques, causa
principal de los cambios desfavorables que cada año se acentúan en las
condiciones climatéricas del país.
Se establecerán, bajo
la vigilancia y dirección de un jefe entendido, grandes almácigos de todas
las principales esencias forestales indígenas de Costa Rica, el cedro, el
pochote, el caoba, el laurel, el roble, etc. y de
muchas esencias extranjeras que según anterior experiencia prosperan
admirablemente en el país. Se emplearán, para la repoblación de los bosques
tierras de propiedad nacional o municipal y se pondrán gratuitamente o a un
costo insignificante a la disposición de los particulares que tienen tantas
inútiles dehesas que pueden cambiarse en valiosos productores de madera y en
regeneradores de la antigua favorable climatología costarricense.
Almácigos de árboles
frutales, escogidos, se iniciarán para propagar su cultivo hasta ahora
tristemente desdeñado.
El gran problema de los
caminos rurales será debidamente considerado en todas sus fases por ser uno
de los más esenciales a la prosperidad agrícola y general.
Muchas otras
necesidades urgentes reclamarán de los miembros del nuevo Departamento toda
su energía y actividad, como por ejemplo, la organización de la policía rural
que tanta falta hace si como es de desear se fomenta y se protege en el país
el cultivo de los árboles frutales para la exportación, cultivo que ha hecho
por sí solo prósperas y ricas a muchas otras naciones.
Nos permitimos una vez
más, después de esta pequeña y muy incompleta reseña de las labores
proyectadas por el Departamento de Agricultura, de hacer un llamamiento a la
iniciativa y al patriotismo de los particulares y de toda la Prensa Nacional.
En todos los países se
ha reconocido la extraordinaria importancia y singular eficacia del sistema
cooperativo en todos los dominios, rurales especialmente. La unión hace la
fuerza y mucho más cuando esta unión tiene bases y tendencias altruistas.
Hay que hacer un gran
esfuerzo para introducir estas tendencias en Costa Rica, para destruir este
espíritu de desconfianza mutua que tiene por objeto aislar los valores
individuales. Todo esfuerzo aislado es fatalmente impotente; es preciso crear
asociaciones de mutuo socorro, tanto en el ramo de crédito rural, como en el
del uso de maquinaria perfeccionada, de compras y ventas; de exportación
organizada.
En la realización de
esta gran obra de unión debe darse la mano todo lo que significa algo en el
país; deben trabajar juntas todas sus potencias, el Gobierno, la Prensa, las
autoridades locales, como los particulares. Unidos en un mismo esfuerzo y con
igual buena voluntad, hemos de hacer un bien inmenso al País, salvarlo
definitivamente en un porvenir cercano de su postración económica y poner su
agricultura y progreso general a la misma envidiable altura que ha alcanzado
el nombre de Costa Rica entre las naciones más cultas del mundo, por su
cordura y su sensatez política.
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